1/03/2015

Los presos también son bienvenidos en Scooby



Aunque no cometió ningún delito, terminó en la cárcel… Nació galgo, lo que determinó su destino. Solo y abandonado, había estado vagando durante 3 años sin hogar o residencia permanente, como muchos de su especie. Pero él encontró un lugar en el que algunas buenas personas le cuidaron para que no muriera de hambre o sed: la cárcel de Villanubla, cerca del aeropuerto de Valladolid. Un día alguien dejó la puerta abierta y aprovechando la oportunidad, entró buscando comida. Comida que le han estado dando todo este tiempo grandes personas que vigilan el lugar. Durante tres años ha estado yendo allí para comer y durante tres años sabía cómo escaparse a tiempo justo antes de que cerraran la puerta eléctrica. En cuanto  intuyó que el sonido del portón podía causarle problemas, se escapaba corriendo antes de que lo cerraran. Hasta la Nochevieja de 2014. Alguien por casualidad estaba fuera cuando él entró y esa persona lo atrapó justo antes de que la puerta se cerrara. Fue” aprehendido”, utilizando el vocabulario correcto!
Llamaron a Fermín de Scooby, quien a su vez llamó a la residencia en Valladolid, y es así como a altas horas de la noche volvimos con Vaquero, como sus benefactores lo habían llamado. Aparte de una herida en la pata, está en buenas condiciones. Gracias a los guardias que cuidaron constantemente de él, ahora está seguro en la residencia y nunca más tendrá que salir a buscar comida ya que se la llevarán a él todos los días. Vaquero se muestra muy agradecido, y al contrario de lo que se pudiera creer, no es tímido ni desconfiado. Después de tres años deambulando por allí sin contacto con humanos, es muy dulce y cariñoso y le encanta que le acaricien, así que ahora se acerca a todos.  Se ha adaptado increíblemente rápido!
Y es que los galgos nunca dejan de sorprendernos.