12/27/2011

¡Gracias, Scooby!





Nuestra visita al refugio en julio de 2011

Sonja A. Buholzer y Stephan Nyffenegger

Julio de 2011. Viajamos a Madrid y continuamos nuestro viaje en coche hacia Scooby Medina, el refugio de donde vino Donna, una fantástica galga de aquel grupo de perros que Fermín y su equipo salvaron del horror de El Cuervo (Sevilla) en 2007. Nuestra perra estaba muy traumatizada, pero tuvo una segunda oportunidad gracias a Scooby y vivió con nosotros hasta que en abril de 2011 falleció después de tres operaciones para paliar su cáncer.

Tras su pérdida, nos quedamos muy solos y afectados. Donna aprendió a reír enseguida; había superado su trauma y vivía una vida llena de ternura y cariño, y nos había curado también a nosotros. La maravillosa cantante Maria Daines da voz a los que no pueden hablar en su canción Galgo Blues y dice algo muy certero: “La rescaté a ella, ¡pero ella me rescató a mí!”.

Queríamos visitar el refugio que rescató a nuestra perra y poderle rendir un homenaje de esta forma. ¡Y aquí estamos! Han salido a recibirnos el amable equipo de Scooby y la voluntaria alemana Sabine nos ha enseñado todos los recintos. También hemos estado con la maravillosa Sandra, a quien ya conocíamos de antes; fue quien trajo a Donna en avión hasta Suiza, junto con otros dos galgos. Me emocionó mucho verla de nuevo porque fue ella quien nos dio a Donna en el aeropuerto y nos avisó ya de lo maravillosa que era aquella perra. Nos dimos un abrazo. No podía dejar de pensar en Donna, nuestra querida Donna. ¡Cuánto dolor! Tu vida verdadera comenzó con nuestra familia, pero apenas pudiste disfrutarla 15 meses, hasta que tu cáncer nos separó para siempre.

Volviendo a los recintos de Scooby, hemos podido ver un montón de perros maravillosos; hay muchos galgos y cada uno reacciona de manera distinta. Algunos encuentros han sido tremendamente entrañables, otros sorprendentes y otros simplemente felices. He tardado un rato en reparar en una galga muy delgada y estilosa que me tocaba con su morro constantemente. Se ha acercado y ha frotado su cabeza contra mí; me ha mirado con sus enormes ojos y no se ha separado de mi lado. Otros perros se han atrevido a acercarse más, pero ella los ha echado con delicadeza. En ningún momento ha dejado de sonreírnos y se ha quedado con nosotros, como si nos conociéramos de siempre. No se ha separado ni un centímetro. Sí, creo que nos ha adoptado. Nos ha seguido a todas partes en su recinto y ha repetido este ritual las tres veces que hemos entrado allí. He decidido llamarla “Delgadita”. Nos ha esperado junto a la puerta y ha dado saltos de alegría cada vez que hemos entrado a verla. ¿Qué ha pasado aquí? ¿El destino? Me ha costado muchísimo salir de su recinto porque se queda esperándonos ahí sentada todas las veces.

Lo hemos consultado con la almohada, aunque no nos ha hecho falta hablarlo demasiado. Está más claro que el agua: es un regalo del cielo.

Al día siguiente hemos ido a ver su recinto de nuevo. Nos estaba esperando y ha venido corriendo muy contenta. Nos hemos abrazado, ¡estamos seguros del todo!

Ahora somos uno más en la familia y hemos vuelto a Suiza con Sabine, que volvía para Alemania esa misma tarde. ¡Ella también ha adoptado una perra en Scooby y se llama Rosa!

A Donna se la ve muy feliz, tiene mucha confianza y es algo traviesa. Parece que quisiera compensar todo el tiempo perdido y está superando todos sus miedos paso a paso: el miedo a la gente, a ciertos ruidos, a las varas metálicas, a las voces muy graves. Sabe que está a salvo y que la vida consiste en tener amor y calor. Sabe lo importante que es para nosotros, que la queremos mucho, ¡y que es maravillosa tal cual como es! No tiene que conseguir nada más, puede ser lo que quiera. Le encanta que la acariciemos, le gusta correr, jugar, hacerse sus propios nidos y dormir en una pila de mantas que la cubran. Es un animal dulce, cariñoso y sensible, muy fuerte e independiente; sabe lo que quiere y lo que es capaz de hacer. Le encanta correr en el campo y saltar por el jardín todos los días. Le encantan los ratones y le gusta jugar con su hermano galgo.

Muy bien, mi niña, por fin tienes una vida como debe ser y haremos todo lo posible para que tu hermano y tú seáis felices.  

Scooby, queremos agradeceros vuestro magnífico trabajo y que hayáis salvado a nuestras dos galgas.

Gracias por salvarles la vida a los galgos y otros perros que sufren las trampas o tradiciones crueles en España. Gracias a Fermín por su compromiso y a todos los que hemos conocido en Scooby Medina; estamos impresionados por vuestra amor sin fisuras y vuestra dedicación hacia estos animales. ¡Muchas gracias!

Apoyamos el Proyecto 3.000 y se lo recomendamos a todo el mundo.

Fermín, Sabine, Sandra y todos los demás sois un regalo del cielo para estos animales.

¡GRACIAS!