Tranquilos, que no voy a contar nada de mi
vida privada, sobre todo porque no tengo, así que os cuento que suelo empezar el día en mi casa preparando el
desayuno. Mientras lo hago, veo por la ventana los pájaros silvestres, que cada
vez vienen más al refugio. Los escucho y también a algunos canarios que tenemos
fuera, que por cierto, también son rescatados. Miro dormir a los perros, pero
esto es otra historia, estaba hablando de los pájaros silvestres porque tengo
la impresión de que cada año hay menos; deberían estar todos aquí porque existen miles
y miles. Entonces enciendo el fuego. Es invierno. Respondo a correos
electrónicos y mensajes de Facebook y cuando termino, me voy fuera. Por el
camino veo a los gatos, los hurones y su nueva casa, donde viven gordos y felices,
los cachorros, -demasiados, como siempre-, los conejos, faisanes, patos,
palomas y mapaches. Suele hacer frío, pero es muy gratificante ver que todos están
contentos. Probablemente no tengamos las mejores instalaciones, pero viven
felices. Paso al territorio de Ana, que es el patio de los viejitos como
Gabriela. Veo a Austin y Amelia yendo a la oficina que pasa a la enfermería y supervisando
el trabajo de los veterinarios. Llego a la oficina y empiezo a trabajar
respondiendo preguntas, tomando decisiones, diciendo “no” a algunas personas…
por eso hay gente que piensa que soy muy desagradable. Mi filosofía es que debo
ser agradable con los animales pero no con algunos humanos, pero esto es
también otra historia. Después de comer vuelvo pasando por los patios de los
perros y reflexionando acerca de lo imposible.
Después del almuerzo, ya será otro día. Besos,
lametones y abrazos de nuestros galgos en adopción, del resto de los perros y
gatos también esperando adopción, y de todos
nuestros animales del santuario.
Ahhhh! y no te olvides de hacer tu donación! Sin tu ayuda, nada es posible.
Fermín
SCOOBY-TV: https://www.youtube.com/watch?v=38mLfl322-