Hoy os
contamos una de esas historias que te rompen el corazón, y te dejan el alma
herida, pensando porque el ser humano es tan cruel con los animales.
Si desde
pequeños hemos oído que son seres sintientes, que sufren, que distinguen el
dolor y la caricia, y sienten el frío y el hambre, porque los ignoramos y los
despreciamos como al más feroz enemigo?
Son preguntas que durante todos estos años, a los que les dedicamos un
poquito de nuestro tiempo, giran y giran en nuestra cabeza sin encontrar
respuesta...
La semana
pasada, uno de nuestros compañeros, acudió a una llamada en la que se le
requería para recoger cuatro perros que habían quedado huérfanos, debido a que
su propietario, incapacitado, había ingresado en una residencia, una historia
que se repite demasiadas veces, porque el hacerse cargo de los animales de un
ser querido , siempre es el único legado al que los herederos renuncian... Pero
cual sería su sorpresa al comprobar el estado de los animales y descubrir
atónito, que en los tres/cuatro años aproximadamente que tienen, nunca habían
salido del pequeño garaje-gallinero en el q estaban, un lugar aterrador
cubierto de excrementos de todos estos años, chatarra acumulada y todo tipo de
basura.
Los perros
aterrados y sin parar de temblar, jamás habían sido acariciados por una mano, y
algunos de ellos, presentaban profundas y antiguas cicatrices en sus rostros,
sin duda era una imagen desoladora.
Cuando con
tiempo, paciencia, y el cariño que nuestro compañero emplea siempre en estas
situaciones, comienza a cogerlos, se da cuenta que uno de ellos, sobre el que
los otros habían permanecido apoyados, continúa inmóvil y enroscado sobre si
mismo, el perro es ciego, completamente ciego, sus ojos trasparentes como el
agua y fijos a ninguna parte, muestran una tristeza desgarradora!!
A día de
hoy, están en nuestras instalaciones, tumbados sobre sus mantas y en el mismo
rincón que eligieron al llegar. Han transcurrido cuatro días y aún no han
salido al exterior, les aterra el contacto humano, y quizás lo que más nos ha
sorprendido y que una vez más nos ha dado una lección de lealtad, es como todos
protegen al que ellos saben, no está en igualdad de condiciones, su hermano
ciego, un precioso mestizo de braco, color chocolate intenso, al que no puedes
dejar de repetirle al oído, voy a cuidarte,
a ti y a tus hermanos, te lo prometo!!
Sabemos que
nos espera un largo trabajo por delante, que no va a ser fácil socializar a
perros adultos que han sido ignorados desde el día que nacieron, y que
probablemente el único contacto humano que hayan tenido les haya provocado
demasiado dolor, pero Scooby es una protectora de animales, porque así lo hemos
elegido, y es nuestro deber, pero sobre todo nuestra vocación garantizarles a
todos y cada uno de los animales que están bajo nuestra tutela, que nadie
volverá a hacerles daño nunca. Te lo prometo!!