11/24/2015

Pensando en alto



Acabo de llegar de otro transporte, y este ha sido el cuarto en los últimos cuatro fines de semana, por lo que significa que no dispongo ni de un fin de semana libre para mí y mis perros desde hace más de un mes. Hay quien piensa “oh, qué suerte, siempre estás viajando. Permíteme que me explique.
Termino de trabajar a las tres de la tarde el viernes, y después del almuerzo, rápidamente preparo el equipaje para salir en torno a las cinco de la tarde y conducir, como mínimo, 16 y a veces hasta 20 horas, llegando a nuestro destino el sábado por la mañana; descargamos los perros y los gatos y empezamos a cargar la camioneta con las donaciones y cuando todo está listo entonces vamos a comer y a veces hacemos alguna compra, normalmente alimentos para nosotros o plantas o algo para nuestros propios animales domésticos; después de cenar, nos vamos a descansar, como mínimos diez horas para dormir, y el domingo por la mañana, tras un desayuno temprano, emprendemos el camino de regreso que terminamos alrededor de la una o las dos de la madrugada; nos acostamos y al día siguiente, a las nueve de la mañana vuelta a la escuela para trabajar. Estos han sido últimamente mis fines de semana y algunas personas todavía piensan lo afortunados que somos. Lo hacemos sólo pensando en nuestros animales y porque de otro modo, nunca seríamos capaces de tener suficientes hogares para ellos en España, pero espero que algún día todo cambie. Besos, lamidas y abrazos del viajero. Fermín