Cada mañana en cuanto pongo un pie en la gatera no me da tiempo ni a dejar la bolsa cuando tres agudos, reiterativos e insistentes maullidos me exigen mimos ya.
Son Buni, Miel y Pinki, tres gatitos que la mala o la buena suerte han llevado hasta Scooby. De momento viven en la zona de cuarentena ya que hasta que no crezcan no pueden convivir con el resto de los gatos. Que les pongas la comida les importa, pero sólo relativamente, lo más importante para ellos es que les cojas, les achuches y les saques a dar un paseín al césped.
Buni y Miel comparten jaula y se quieren un montón. Duermen siempre abrazados y se pasan el día atusándose mutuamente. Buni, gris atigrado, llego hace un mes en bastante mal estado con un hermanito que no sobrevivió. Hoy ya está sanote y con muchas ganas de jugar.
Miel llegó con un traumatismo muy fuerte en una de las patas de atrás, posiblemente producido por un atropello. Fue operada y está bien pero de esa pata siempre cojeará. Es una gata tranquila y tierna. Tiene 6 meses aproximadamente.
Pinki es la mas pequeña de todas. Estaba en una casa en ruinas en Cuellar, allí había nacido, pero su madre dejo de atenderla porque fue atropellada. Una señora le llevaba leche hasta que avisaron a Carolina quien la trajo a Scooby. Cuando llego estaba en los huesos pero hoy ha recuperado mucho y come un montón. Es la más exigente, quiere mimos todo el rato.
Estos son los “pequeños maullidos” que tenemos en Scooby, los que cada mañana me hacen levantarme con una sonrisa porque sé que me están esperando.
Irene
