¡Eh! Ven... ¡Más cerca! Sí, más cerca, que tengo un secreto que contarte.
Aquí me tienes. ¡Cuéntame!
Ahora te lo cuento, pero antes tienes que rascarme la barriga.
Le estoy rascando la barriga...
¡Qué gustito, me gusta ! ¡Me encanta que me rasquen la
barriga! No pares, por favor... Vaya,
¡paraste! Bueno, ¿quieres que te cuente mi secreto?
Sí por favor, ¡tengo mucha curiosidad!
Mi secreto es...
Que no tengo un secreto, ¡Ja ja ja! ¡Te he engañado para que me rasques
la barriga!
No entiendo... ¿Por qué lo haces?
“Porque llevo casi un año vivendo en este refugio y casi
no recibo ninguna atención especial. De este modo, al menos consigo “engañar” a
algunas personas para que me rasquen la barriga aunque sea por un ratito. Me
gusta tanto...”
Siento mucho escuchar eso... Espero que
alguien te adopte muy pronto
Yo también lo espero... Pero después de un año así,
empiezo a pensar que se han olvidado de mí... ¿Hola?.. Tú
también te has ido... Estoy solo de nuevo.