Javi es uno de nuestros potros, macho y
criptórquido. La operación para castrarle era muy cara y no podíamos pagarla, así que intentamos recaudar dinero para su operación varias veces, pero nadie nos ayudó. Su vida era
tremendamente aburrida, en un patio pequeño separado de todos para evitar que se peleara y de todas
para no dejarlas preñadas, hasta que llegó a Medina su ángel de la guarda llamada
Pam, quien nos aportó el
dinero necesario para pagar la operación. Gracias a ella, ahora
disfruta de una vida libre en un prado enorme. Gracias, relinchos de felicidad.
Fermín