Hay ocasiones en las cuales, los animales se
cruzan con personas que no les tratan como merecen, pero la historia de
cepillo, un precioso podenco, es diferente.
Cepillo aparece en navidades en el pueblo
Tornedizos de Arévalo, dejándose querer por todo aquel que se acerque a él.
Poco a poco, Consuelo, una vecina del pueblo, empieza a darle de comer junto a
su casa, y no solo eso, sino que también le deja ropa de abrigo en su puerta
para que pueda pasar el invierno en las mejores condiciones posibles.
El perro, tiene un gran instinto cazador, por
lo que muchas veces lleva a la casa de Consuelo liebres, conejos etc. y es aquí
donde surgen las amenazas de los cazadores, cuyo argumento es, que el perro,
está acabando con su afición, y por lo tanto quieren acabar con él.
Tras consultar con un veterinario el estado
de salud del animal, y descubrir que era muy bueno, ponen carteles por el
pueblo para darlo en adopción, con tal mala suerte que no han podido contactar
con nadie que le ofrezca un hogar.
Un día, el perro no se acerca a la casa de lo
que ha sido hasta ahora su fiel cuidadora, ella se preocupa, hasta tal punto
que esa noche no puede dormir. Es entonces, cuando a las 3 de la mañana,
escucha fuera de su casa los ladridos de un perro que reflejan dolor. Cepillo
esta allí, pero esta vez ha tenido que llegar al lugar que le frece comida y
mantas, arrastrándose con un cepo en una de sus patas.
Consuelo despierta a su pareja, y ésta
consigue quitarle el cepo y ambos recurren después a realizarle las primeras
curas.
Al día siguiente lo llevaron de nuevo al
veterinario donde le proporcionaron antibióticos y vendas.
Por ello, Consuelo decide atarle en su casa,
y al ver la tristeza del perro por no poder salir a pasear por el campo en
libertad, no poder meterle en casa al tener ya una perrita en su hogar, y por
el consejo del veterinario, Consuelo decide llamar a la protectora Scooby, y
con mucha tristeza, sabiendo que ya no le verá cada día, habla con uno de
nuestros trabajadores, Pablo, para que recojan a Cepillo, y le busquen un hogar
en el cual no sufra el peligro de los cazadores, alejado de cepos, y con tanta
comida y mantas como necesite.
Cepillo nos ha demostrado a todos lo bueno,
dócil y cariñoso que es, ahora es vuestro turno ¿Queréis ofrecerle un hogar?