Hoy
queremos hablaros de las dos últimas altas en la familia Scooby.
Esta perra
andaba deambulando por Medina con una cadena alrededor del cuello que,
evidentemente, había roto ella misma para liberarse. El collar y la cadena eran
una misma pieza y estaban enganchados entre sí con un tornillo; el tornillo
estaba doblado, así que Dani y Jero tuvieron que usar algunas herramientas
para poder cortar la cadena que aprisionaba su cuello. Nuestra amiga soportó
todas las maniobras con una paciencia y amabilidad increíbles, seguramente
porque se sentía muy agradecida de poder librarse de la cadena. Ahora le
gustaría encontrar un hogar para siempre y seguro que logramos dar con uno con
vuestra ayuda. ¡Contamos contigo, como siempre!
Hace un par
de días, nos llamó un hombre que cuida de los gatos de su barrio. Nos dijo que
había un gatito viviendo en el patio de su tienda; se había dado cuenta hace
tiempo de que el animal estaba enfermo porque tenía un ojo muy hinchado y el
otro lo tenía completamente gris, así que supuso que el gato estaba prácticamente
ciego. Como la tienda de este señor está en una calle con mucho tráfico, tenía
miedo de que el gato se desorientase y pudiera tener algún accidente. Por eso
contactó con Scooby y nos preguntó si podía traerlo aquí. Pablo y Sabine fueron
inmediatamente allí y consiguieron hacerse con el gato, pero por desgracia el
señor tenía razón: el gato había perdido prácticamente un ojo y tuvimos que
extirpárselo en nuestro hospital para poder aliviar su dolor. El otro ojo está
muy afectado también y parece que nuestro amigo está completamente ciego. Ahora
mismo está en cuarentena para que se acostumbre a la gente y esperamos que
algún amante de los gatos le dé un hogar. Aunque la vida en Scooby sea mejor
que estar en la calle, no es el lugar ideal para un gato ciego.